Cómo conservar el ajo y mantenerlo fresco
El ajo fresco puede añadir un sabor picante y acre a casi cualquier plato. Tanto si preparas salteados como judías verdes fritas, siempre es útil tener algo de ajo en tu cocina. Si has comprado un poco más de ajo del que necesitas, no hay problema: siempre que sepas cómo conservar el ajo adecuadamente, los bulbos sin pelar pueden mantenerse frescos hasta cinco meses.
He aquí seis técnicas que le ayudarán a mantener su suministro de ajo fresco durante el mayor tiempo posible.
1. guardar en un lugar fresco
El ajo fresco debe almacenarse en un lugar fresco, oscuro y seco, por ejemplo, en una despensa. Si tu despensa tiene una ventana, debes colocar una persiana para evitar la luz y el calor. La temperatura ideal de almacenamiento es de unos 16°C. No pasa nada si tu cocina suele ser un poco más cálida, pero no guardes los ajos en un armario junto a los fogones. La humedad atrapada puede hacer que el ajo se estropee, así que guárdelo en un recipiente bien ventilado, como una cesta de alambre o de malla.
2. guardar en la nevera
El frigorífico no suele ser el lugar ideal para almacenar ajos. Aunque guardar el ajo entero y sin pelar en el cajón ayuda a evitar la humedad, el ajo germina más rápido a bajas temperaturas, por lo que la despensa sigue siendo una mejor opción para el ajo fresco. El ajo picado sobrante puede guardarse en el frigorífico, pero consúmelo rápidamente, ya que puede empezar a brotar o estropearse en pocos días. Si lo pones en la nevera, guárdalo en un recipiente de cristal hermético. Esto se debe a que el plástico es permeable y absorbe el olor. Cuando el ajo empieza a brotar o a cambiar de color, es el momento de tirarlo. Al abrirlo, debería ser blanco. Si es de color marrón o tiene manchas, se está estropeando. 3.
3. Congelar porciones individuales
Cuando su ajo se acerque al final de su vida útil, prepárelo y guárdelo en el congelador. Púlsalo en una batidora y luego congélalo en una bandeja de hielo. Esto le dará aproximadamente una cucharada que puede descongelar y utilizar. Es mucho más fácil que pelar y cortar un diente fresco cada vez que cocinas, y no tienes que preocuparte de que tus manos huelan a ajo.
4 Comprar ajo preparado
El fuerte sabor del ajo fresco no es para todos. El ajo preparado, que puede guardarse en aceite, agua o vinagre, tiene un sabor más ligero que el fresco, pero tiene los mismos ingredientes saludables (Nota: Cuando el ajo se almacena en aceite, el aceite añade calorías adicionales). Si quiere evitar el sabor del vinagre o las calorías adicionales del aceite, opte por un ajo preparado que haya sido remojado en agua.
5. decapado
Si busca un nuevo perfil de sabor para su ajo, pruebe a encurtirlo. Al encurtir los dientes de ajo en vinagre, no sólo se prolonga su vida útil, sino que se crea un delicioso manjar.
6 Asar y almacenar
Si tienes un ajo fresco y no sabes qué hacer con él, tósalo y congélalo para que se mantenga fresco durante más tiempo. He aquí cómo:
- Pelar las capas exteriores del ajo y cortar la parte superior.
- Frótalo con aceite de oliva y espolvorea con sal y pimienta.
- Envuelve el ajo en papel de aluminio y colócalo en una fuente de horno.
- Hornear a 200°C durante unos 40 minutos.
- Dejar enfriar y retirar los clavos.
- Guarde los clavos tostados en el congelador y descongélelos cuando los necesite. El ajo asado tiene un suave sabor a ajo y es ideal para cocinar y untar en tostadas o galletas.
Más información
Consulte siempre a su profesional sanitario para asegurarse de que la información que aparece en esta página se ajusta a sus circunstancias personales.